lunes, 24 de julio de 2017

Himno al Estado de Morelos

El himno al Estado de Morelos, que en realidad es una marcha titulada "Marcha Morelense", fue compuesta en 1930 por el Prof. Manuel León Díaz. Suele ser entonado en las escuelas. He aquí su letra y su música:

Unidos como hermanos
los hijos de Morelos,
amemos nuestro Estado
con todo el corazón.

Hagamos que sea grande
y siempre respetada,
la parte más hermosa
de nuestra gran Nación.

Borremos de nuestra alma
la lucha fratricida,
que en tiempos no lejanos
tu suelo ensangrentó.

Ejemplo de grandeza
de paz y de progreso,
dejemos como herencia
viviendo con honor.



domingo, 16 de julio de 2017

Himno al Estado de México

El "Himno del Estado de México" fue escrito en 1884 por Heriberto Enríquez y con música de Manuel Esquivel Durán. He aquí su letra y su música:

El Estado de México es una
prepotente existencia moral;
porción es de la prístina cuna
de la gran libertad nacional.
(x2)

Son sus hijos, su carne y su sangre,
en la pena, sufridos y estoicos;
en la guerra, patriotas y heroicos;
y en la paz, hombres son de labor.
Mexicanos por Patria y provincia,
responsables en este momento;
son un solo y viril sentimiento;
son un alma de fuerza y de amor.

El Estado de México es una
prepotente existencia moral;
porción es de la prístina cuna
de la gran libertad nacional.
(x2)



Himno al Estado de Jalisco

El himno al Estado de Jalisco, llamado simplemente "Himno del Estado de Jalisco" fue escrito en el año 2010 por Moisés Guerrero López como parte de un concurso realizado por el gobernador de la entidad. He aquí su letra y su música:

Jaliscienses la Patria nos llama,
tremolando el Pendón tricolor,
recordando la casta valiente
que a Jalisco su vida ofrendó.

Como irrumpe la aurora serena
en la noche su triunfo de luz,
suave pluma rompió las cadenas
subyugantes de la esclavitud.
Ya no esgriman las manos fraternas
del acero la furia fatal,
conservando las fuerzas eternas
de la paz como escudo inmortal.

Jaliscienses la Patria nos llama,
tremolando el Pendón tricolor,
recordando la casta valiente
que a Jalisco su vida ofrendó.

Reafirmando la noble premisa
y el esfuerzo que nos conformó,
la victoria de antiguos anhelos
a tus héroes de dicha inundó.
Si el oprobio encendiera la flama
en defensa de nuestro blasón,
jaliscienses dar un paso al frente
por la gloria de nuestra Nación.

Jaliscienses la Patria nos llama,
tremolando el Pendón tricolor,
recordando la casta valiente
que a Jalisco su vida ofrendó.



Himno al Estado de Hidalgo

El himno al Estado de Hidalgo fue adoptado en 1968 obra de Genaro Guzmán Mayer con música de Roberto Oropeza Licona. Es confundido con el "Canto al Estado de Hidalgo" debido a su poca difusión. He aquí su letra y su música:

Hidalguenses unidos cantemos, 
orgullosos de su tradición
al Estado de Hidalgo, a los hombres
que han honrado este patrio jirón.
Si de Hidalgo llevamos el nombre 
gloria a él que ya Patria nos dio.

Salve, salve a la augusta memoria
de los hombres patriotas de honor,
a Fernando de Soto y a Doria
gobernantes de aquí, precursor.
Al cantar hoy ufanos este himno
profesemos con patrio fervor,
nuestra fe en los destinos de Hidalgo
en su esfuerzo y trabajo creador.

Hidalguenses unidos cantemos, 
orgullosos de su tradición
al Estado de Hidalgo, a los hombres
que han honrado este patrio jirón.
Si de Hidalgo llevamos el nombre 
gloria a él que ya Patria nos dio.

En el ámbito sea del Estado 
en la escuela, en la comunidad
donde esplenda la tea luminosa 
del progreso, la idea, la unidad, 
Que no rompa la insidia los lazos
del amor a la Patria entidad,
que se llene de ideales la mente
a una voz: amistad ¡amistad!

Hidalguenses unidos cantemos, 
orgullosos de su tradición
al Estado de Hidalgo, a los hombres
que han honrado este patrio jirón.
Si de Hidalgo llevamos el nombre 
gloria a él que ya Patria nos dio.



Himno al Estado de Guerrero

El himno al Estado de Guerrero, llamado "Himno a Guerrero" fue compuesto por Francisco Figueroa Mata. También se puede considerar como un himno al personaje de la independencia Vicente Guerrero. Quizá uno de los himnos más cortos del país. He aquí su letra y su música:

Patriotas surianos gozosos cantad
un himno a Guerrero, caudillo inmortal
que allá en las montañas luchando tenaz
a México esclavo le dio libertad.

Así celebremos el día en que nació
el bravo insurgente que Patria nos dio.
Con fuego arranquemos de dulce laúd
cadencias que expresan amor, gratitud.

Patriotas surianos gozosos cantad
un himno a Guerrero, caudillo inmortal
que allá en las montañas luchando tenaz
a México esclavo le dio libertad.
¡Le dio libertad!
¡Le dio libertad!
¡Le dio libertad!



Himno al Estado de Guanajuato

El himno al Estado de Guanajuato, llamado simplemente "Himno de Guanajuato" fue grabado en el año 2009 con letra de Fernando Gómez González. La única grabación existente del himno fue realizada por el grupo "La Camerata de la Nueva España". Según he leído, por un problema de regalías la grabación no cuenta con música. He aquí su letra:

¡Salve! ¡Salve! marcial Guanajuato
de la Patria sagrado blasón,
tus proezas de heroico arrebato
las proclama rugiendo el cañón.

Guanajuato de invictos caudillos,
de inmortales e hidalgas leyendas,
de primeras sagradas contiendas
que a la Patria le dan libertad.
En tu suelo y retando a la Iberia
aún retumba en Dolores el grito;
sol de patria en tu suelo bendito
rojo en sangre se vio destellar.

¡Salve! ¡Salve! marcial Guanajuato
de la Patria sagrado blasón,
tus proezas de heroico arrebato
las proclama rugiendo el cañón.

Guanajuato de mil tus guerreros,
ya por siempre su sangre ardorosa,
es cual roca do alzóse gloriosa
esta Patria que esclava gimió.
Sin rival tú serás Madre heroica,
ya en los siglos del México libre;
que tu nombre resuene y que vibre
como emblema de patrio valor.

¡Salve! ¡Salve! marcial Guanajuato
de la Patria sagrado blasón,
tus proezas de heroico arrebato
las proclama rugiendo el cañón.

Guanajuato doquier tus campiñas,
tus almenas y erguidas montañas,
cual reliquias de patrias hazañas
ante el mundo por siempre serán.
Y al clamor de triunfales clarines
a tus héroes de lid, la Insurgente
rendirá su homenaje ferviente
nuestra Patria en glorioso cantar.

¡Salve! ¡Salve! marcial Guanajuato
de la Patria sagrado blasón,
tus proezas de heroico arrebato
las proclama rugiendo el cañón.

Guanajuato, juramos tus hijos
si vibrase el clarín ¡guerra! ¡guerrra!
cual tus bravos regar nuestra tierra
con la sangre do brota el laurel.
Que de Patria su oliva en guirnaldas
cual su madre te llena de gloria;
tinto en sangre de altiva victoria
en tus sienes por siempre laurel.

¡Salve! ¡Salve! marcial Guanajuato
de la Patria sagrado blasón,
tus proezas de heroico arrebato
las proclama rugiendo el cañón.



sábado, 15 de julio de 2017

Himno al Estado de Durango

El himno al Estado de Durango, llamado simplemente "Himno del Estado de Durango" fue entonado por primera vez en el año 2013 por el 450 aniversario de la fundación de la ciudad de Durango por el explorador y conquistador español Francisco de Ibarra en 1563. La letra es de Eliut Sebastián Navarro Hernández y la música de Jesús Mena Saucedo. He aquí su lera y su música:

Duranguenses de pecho de plata,
mina de oro, de cobre y de zinc,
con orgullo heredamos la casta,
como el pino que apunta al sinfín.

Son sus hijos valientes forjados,
uniformes del mismo sentir,
entonemos la voz mexicanos
y la gloria dispónganse a asir.
Sin fusil ni sangre derramada,
hoy verbena debemos cantar;
y en las sienes ramas de laureles,
Victoria de Durango a triunfar.

Somos valles, quebradas y fauna,
nopalera, cascada y maguey.
Es Durango: “más allá del agua”,
patrimonio del cielo por ley.

¡Ay! si fuera extranjero pidiera
a la tierra volver a nacer,
siendo un hijo del bosque y la sierra,
duranguense, moreno de piel.
Mira al indio curtido en el campo,
sangre pura que el suelo nos dio,
su cultura pregona que el tiempo
ni un rasguño a su estirpe marcó.

Duranguenses de pecho de plata,
mina de oro, de cobre y de zinc,
con orgullo heredamos la casta,
como el pino que apunta al sinfín.

Tepehuanos, Huicholes y Coras,
Menonitas y los Tarahumaras,
mestizaje, corazón del mapa,
durangueños hermanos de paz.
La lealtad, igualdad y justicia
pertenecen a real convicción;
levantemos el cuello como asta
y a Durango brindémosle honor.

Somos valles, quebradas y fauna,
nopalera, cascada y maguey.
Es Durango: “más allá del agua”,
patrimonio del cielo por ley.

Himno a Villa revolucionario,
los Arrieta y a Gómez Palacio,
Guadalupe Victoria llevamos
sus prodigios en el corazón.
De La Peña, Sarabia y a Zarco,
los Revueltas, Montoya y Castro,
Anitúa, Dolores, Novarro
son ilustres de nuestro pendón.

Duranguenses de pecho de plata,
mina de oro, de cobre y de zinc,
con orgullo heredamos la casta,
como el pino que apunta al sinfín.



jueves, 13 de julio de 2017

Himno al Estado de Colima

Ahora toca el turno al Estado de Colima. En internet existe la letra de un himno, que desconozco si es oficial, pero también encontré esta otra que parece ser más una propuesta de himno. He aquí su letra y su música:

Pueblo de gente valiente
fue Colima en su pasdo,
que con valor le hizo frente
a hombres blancos y barbados.

Mil quinientos veintidos,
según dicen los cronistas,
pudo entrar el invasor
en estas tierras tan ricas.

Razas blancas y razas locales,
se fundieron en una ilusión,
resultando entre mar y volcanes
gente bella y de buen corazón.

Hoy Colima se llena de encantos,
al amparo del Rey Colimán,
tierra hermosa te brindo mi canto,
tierra fértil al pie del volcán.

Colima, Colima
tienes un rubio atardecer.
Colima, Colima
tierra linda que me vio nacer.
Colima, Colima
tierra de mi corazón.
Colima, Colima
México te canta esta canción.

De Cuauhtémoc te ofrece sus cañas,
Manzanillo te lava los pies,
Armería y Tecomán te engalana
con los árboles y frutos del Edén.

Villa de Álvarez luce taurina,
y Comala te ofrece un portal,
con mariachis y entre sus botanas
chigüilín es de Coquimatlán.

Colima, Colima
tienes un rubio atardecer.
Colima, Colima
tierra linda que me vio nacer.
Colima, Colima
tierra de mi corazón.
Colima, Colima
México te canta esta canción.

una mina de hierro te nutre,
por el rumbo de Minatitlán,
y una música suave te fluye
por la feria del melón de Ixtlahuacán.

Es Colima un estallido de colores,
bello estruendo de ola verde y de volcán,
son ejemplo de valor todos sus hombres
y sus damas de belleza angelical.

Colima, Colima
tienes un rubio atardecer.
Colima, Colima
tierra linda que me vio nacer.
Colima, Colima
tierra de mi corazón.
Colima, Colima
México te canta esta canción.
Colima, Colima
tienes un rubio atardecer.
Colima, Colima
tierra linda que me vio nacer.
Colima, Colima
tierra de mi corazón.
Colima, Colima
México te canta esta canción.



Himno al Estado de Coahuila de Zaragoza

El Himno al Estado de Coahuila de Zaragoza, llamado "Himno Coahuilense" fue compuesto por José Luis Ulluoa Pedroza. he aquí su letra y su música:

Hoy rendimos un tributo a Coahuila,
con orgullo nuestras voces se unirán,
y al cantar a la grandeza de esta tierra
alma, voz y corazones vibrarán.
Oh Coahuila mi tierra tan querida
he venido hoy con júbilo a exaltar
las virtudes infinitas de este suelo
que es ejemplo de trabajo y dignidad.

Es Coahuila una tierra bendita
de carácter tenaz y ejemplar;
que orgullosos sus hijos proclaman
bello Estado triunfante, inmortal.
Es Coahuila una tierra bendita
de carácter tenaz y ejemplar;
que orgullosos sus hijos proclaman
bello Estado triunfante, inmortal.

Al mirar su desierto y sus montañas,
escenario del esfuerzo creador,
surge el nombre de los hombres y mujeres
que forjaron con valor esta Nación.
Son tus hijos gran orgullo de esta Patria
que nos dieron con su vida libertad;
un ejemplo de este pueblo infatigable
con estirpe de nobleza y de lealtad.

Es Coahuila una tierra bendita
de carácter tenaz y ejemplar;
que orgullosos sus hijos proclaman
bello Estado triunfante, inmortal.
Es Coahuila una tierra bendita
de carácter tenaz y ejemplar;
que orgullosos sus hijos proclaman
bello Estado triunfante, inmortal.

Demostremos decididos que en Coahuila,
con pasión por esta senda al transitar,
cada paso engrandece nuestra historia
como herencia de paz y de unidad.
Coahuilenses hoy unamos nuestras voces
entonemos nuestro canto con fervor;
y vivamos siempre en aras de armonía
trabajando por un México mejor.

Es Coahuila una tierra bendita
de carácter tenaz y ejemplar;
que orgullosos sus hijos proclaman
bello Estado triunfante, inmortal.
Es Coahuila una tierra bendita
de carácter tenaz y ejemplar;
que orgullosos sus hijos proclaman
bello Estado triunfante, inmortal.



sábado, 24 de junio de 2017

Himno al Estado de Chihuahua

El himno al Estado de Chihuahua fue compuesto por Juan Arturo Ortega Chávez en el año 2005. Fue resultado de un concurso y se oficializó ese mismo año. he aquí su letra y su música:


A la voz de tu nombre, Chihuahua,
entonemos un himno triunfal;
por el mundo tus hijos proclaman
orgullosos su honor y lealtad.

Alabemos tu tierra bendita,
nuestra cuna y hogar singular;
tu regazo de madre nos brinda
un oasis de amor fraternal.

Con los brazos unidos haremos
de tu tierra, Chihuahua, un Edén;
y al altar de la Patria llevemos
nuestros héroes de hoy y de ayer.

Chihuahuenses, amemos la tierra
que también nuestros padres amaron;
heredamos su sangre guerrera
y también sus ideales sagrados.

A la voz de tu nombre, Chihuahua,
entonemos un himno triunfal;
por el mundo tus hijos proclaman
orgullosos su honor y lealtad.

Como trueno la voz del serrano
grita: ¡Viva la Revolución!
insurgentes y bravos hermanos
a la Patria le dieron honor.

Más allá del azul horizonte
de tu escudo se escucha la voz;
y en el alma tus hijos la llevan:
la bondad, la lealtad y el valor.

Chihuahuenses, amemos la tierra
que también nuestros padres amaron;
heredamos su sangre guerrera
y también sus ideales sagrados.

A la voz de tu nombre, Chihuahua,
entonemos un himno triunfal;
por el mundo tus hijos proclaman
orgullosos su honor y lealtad.

El Centauro del Norte no ha muerto
sigue vivo en el corazón;
su ideal por la lucha es nuestro
porque somos de su división.

Irigoyen, Orozco, Siqueiros,
Coronado, Ortega, Melgar;
Ojinaga, González y Villa
son orgullo de nuestra entidad.

Chihuahuenses, amemos la tierra
que también nuestros padres amaron;
heredamos su sangre guerrera
y también sus ideales sagrados.

A la voz de tu nombre, Chihuahua,
entonemos un himno triunfal;
por el mundo tus hijos proclaman
orgullosos su honor y lealtad.

Eres libre y también soberano
territorio de noble Nación;
majestuoso en tu cielo soleado
luce nuestro Pendón Tricolor.

Tarahumara, palabra sagrada,
dulce canto de mi tradición;
chihuahuense yo soy y ya nada
me arrebata este altísimo honor.

Chihuahuenses, amemos la tierra
que también nuestros padres amaron;
heredamos su sangre guerrera
y también sus ideales sagrados.

A la voz de tu nombre, Chihuahua,
entonemos un himno triunfal;
por el mundo tus hijos proclaman
orgullosos su honor y lealtad.



lunes, 19 de junio de 2017

Oración fúnebre al Emperador Maximiliano de México, a 150 años de su muerte

Buscando libros por internet, me encontré con esta obra del Sr. D. Juan B. Scandella, según reza, Obispo de Antinoe y vicario apostólico de Gibraltar, publicada en 1868 con motivo de la muerte del Emperador Maximiliano de México. Una visión europea de esta ejecución que sorprendió a aquel continente. Les dejo un fragmento:


¿Quién hubiera jamás imaginado que el nieto de Carlos V., el primo de nuestra amada Soberana, el cuñado del Rey de los Belgas, el deudo cercano de los Monarcas de Italia y Suecia, y el hermano del Emperador de Austria: aquel que en la flor de la más lozana juventud, y ceñida la frente de la aureola de gloria, se separaba de nosotros en Mayo de 1864 para empuñar el cetro de Montezuma que le habian confiado los votos del pueblo Mejicano, y que prometía defender el poderoso Monarca que dirige los destinos de Francia, se hallaría en este momento en nuestras aguas encerrado en estrecho y lúgubre ataúd, con el cuerpo acribillado por el plomo de sus verdugos, ¡pero qué verdugos! ¿un arriero y un indio ?

...la Providencia le aleccionaba para el desempeño del altísimo cargo de la regeneración de un pueblo noble y magnánimo reducido a la mas deplorable condición por sus guerras intestinas y la ambición desmedida de unos cuantos malvados.

¿Deberé acaso recordaros las escenas de horror y barbarie que mancharon y ensangrentaron el suelo privilegiado de Méjico?

Las familias honradas insultadas y hechas blanco de odio horrible, sus gefes desterrados, los campos incultos y yermos y las ciudades diezmadas,el
clero vilipendiado, perseguido, encarcelado, los lugares santos profanados, por todos lados fuego, sangre y muerte, y todos aquellos males que engendra la guerra civil y son consecuencia de cincuenta años de crónica anarquía. 

Sus amarguras se cuentan por días; diré mejor, por horas. Los reveses le acompañan por todas partes, y los planes mejor concertados fracasan dolorosamente. Crueles desgracias domésticas, timidez culpable de sus subditos, desamparo de sus amigos, intriga y odio de un vecino poderoso, rencor implacable de sus enemigos, traición inicua de aquellos a quienes habia colmado de beneficios y en quienes había colocado su entera confianza; he ahí los frutos que el infortunado Maximiliano recogió en su corto imperio.

Se esfuerza Maximiliano en echar los cimientos de un imperio de orden, de legalidad y de justicia, y, en vez de eso, la anarquía más espantosa reina y los atropellos se multiplican; promulga leyes sapientísimas, y ó se conculcan ó surten un efecto contrario al fin que el legislador hablase propuesto; trata de restablecer el crédito que estaba por el suelo y arreglar la hacienda ya tan malparada, y la desconfianza y el descrédito cunden y se propagan de una manera increíble; se empeña en calmar a sus enemigos, ofreciéndoles hasta los puestos mas elevados y las distinciones mas honoríficas, y la más espantosa discordia desoía a su pueblo, y el odio de sus enemigos se encona hasta degenerar en salvage ferocidad.

A Arteaga, Juárez, Escobedo, y a sus secuaces debe Méjico sus grandes e inauditas calamidades. Ellos los que por cincuenta años han mantenido encendida en aquel hermoso país la tea de la más brutal guerra civil, arruinando el comercio, la agricultura, la industria, las artes y las ciencias, y agotando todos los manantiales de la riqueza pública y del bienestar social; ellos los que han empobrecido el público erario, a veces acumulando para sí fortunas fabulosas; los que han relegado al destierro sus mejores ciudadanos, y, sembrando la discordia en las familias, han armado a hermanos contra hermanos; ellos los que devastaron los campos y dejaron yermas las ciudades...

Esos son los hombres que se quieren justificar; esos los que se pretenden presentar al mundo como patriotas, como héroes, como los salvadores de la sociedad. Jamás ha habido confusión mayor, trastorno más grande de todos los eternos principios de verdad, de justicia, de moral y de órden.

En Méjico ¿qué sucede? ¿qué vemos? De un lado nobles y delicadas Señoras vestidas de luto, con los ojos arrasados en lágrimas, que suplican se perdone la vida al ilustre prisionero: poderosos Monarcas de toda Europa que por él interceden; una anciana y venerable madre que en el borde del sepulcro ruega le salven al hijo querido de sus entrañas; Méjico entero que con el corazón oprimido se aleja del sitio del suplicio, y con su silencio sepulcral protesta alta y elocuentemente contra tanta inhumanidad y llora con amargura la expiación que terrible recaerá sobre ella; Europa y el mundo mudos, atónitos, indignados y sumidos en profundo dolor. 

Del otro lado vemos a un ingrato e infame traidor, a un feroz militar, y a un indio ambicioso que, poseídos de cruel alegría, se complacen de la sangre inocente que han derramado. 

Del otro lado los Estados Unidos de América, libres de la guerra civil que absorbía todas sus fuerzas y saliendo de ella más fuertes que antes, evocaban altaneros la doctrina de Monroe que Europa, aprovechando su infortunio, había conculcado, e intimaban á Napoleón III retirara su último soldado del suelo Mejicano.

Espantado ante la opinión pública de Francia que cada día más fuerte resonaba contra la expedición Mejicana, y previendo los males incalculables que hubieran resultado de una guerra contra la poderosa República Transatlántica, el Emperador cede á la intimación del Gabinete de Washington, y sin reparar en los solemnes compromisos contraídos con el desgraciado Maximiliano, abandona a Méjico, no sólo sin alcanzar su regeneración, principal objeto de la expedición, pero dejándole en condición incomparablemente peor de la harto deplorable en que le había hallado.

Y aquí, mis amados hermanos, confesemos que, si Maximiliano, con culpable cobardía ó por mezquino egoísmo, hubiera desertado a los suyos para que sobre ellos solos recayera el furor de sus contrarios, en este día ni mis labios se desplegarían en su alabanza, ni vosotros os hubiérais reunido en este sitio para honrar su memoria, ni Europa le tributaria el homenage de admiración que le rinde. Su nombre quedaría sepultado en el silencio, cuando no fuera trasmitido a la posteridad con un borrón indeleble.

¡Pero no! Maximiliano cumplió generosamente su deber, prefiriendo mil veces morir antes que faltar á su conciencia, y merecer la tacha de desleal y cobarde.

Sobre todo, en Querétaro su valor fue sobrehumano. Durante sesenta y ocho dias que en él estuvo sitiado, a pesar de la escasez de los víveres (cuyas consecuencias recaían sobre él como sobre el último soldado), de las escenas de sangre, y hito que á cada paso desgarraban su bondadoso corazón, de la lluvia de millares de proyectiles que caian sin cesar á sus pies y que sembraban la muerte alrededor suyo, su rostro no se inmutó, ni tembló su mano, ni por un sólo instante vaciló su corazón. Al contrario, escogió siempre los puestos más arriesgados y, resistiéndose á las cariñosas instancias de sus generales y fieles servidores, veíasele tranquilo y sereno bajo el fuego más nutrido.

Ya todo se habia consumado. El momento del sacrificio habia llegado. Eran las siete de la mañana del día para siempre memorable 19 de Junio de 1967, cuando el lúgubre convoy deja el convento de Capuchinos. Precedíalo el Emperador acompañado de dos ministros del Señor que le prodigaban los útimos consuelos de la religión. Seguíanle sus fieles servidores, los Generales Miramon y Mejía. 

"Perdono a todos, y pido que todos me perdonen. Deseo que mi sangre se vierta para bien de Méjico."

Así concluyó sus días Maximiliano de Habsburgo, Emperador de Méjico. Murió como había vivido, murió como Abner; como mueren los Reyes Cristianos, no como mueren los cobardes.


El texto completo lo pueden encontrar aquí, en la biblioteca digital hispánica de la Biblioteca Nacional de España.



Procesión fúnebre del Emperador Maximiliano de México, 
meses después de su fusilamiento en la ciudad de Querétaro.


sábado, 3 de junio de 2017

Himno al Estado de Chiapas

El himno al Estado de Chiapas es llamado simplemente "Himno a Chiapas", he aquí su letra y su música:


¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal!

Cesen ya de la angustia y las penas
los momentos de triste sufrir;
que retornen las horas serenas
que prometen feliz porvenir.
Que se olvide la odiosa venganza;
que termine por siempre el rencor;
que una sea nuestra hermosa esperanza
y uno sólo también nuestro amor.

¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal!

Contemplad esos campos desiertos
que antes fueron florido vergel,
están tristes y mudos y yertos,
arrasados por lucha tan cruel.
No la sangre fecunda la tierra,
ni al hermano es glorioso matar,
si es horrible entre extraños la guerra
a la Patria es infame acabar.

¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal!

Chiapanecos, la paz os reclama,
y el trabajo también y la unión,
que el amor como fúlgida llama
os inflame el cruel corazón.
Vuestro arrojo guardad, quizá un día
una hueste extranjera vendrá,
¿quién entonces con gran bizarría
de la Patria el honor salvará?

¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal!

Chiapanecos, unid vuestras manos
y un anhelo tened nada más:
de estimaros cual nobles hermanos
sin pensar en los odios jamás.
No haya un pueblo que sea tenebroso
en la tierra que nos vio nacer,
que de Chiapas el nombre glorioso
con respeto se diga doquier.

¡Compatriotas, que Chiapas levante
una oliva de paz inmortal,
y marchando con paso gigante
a la gloria camine triunfal!